Primera memoria corporativa
Los fundadores Roberto Centeno y Aritza Rodero explican la misión del grupo empresarial y su compromiso social
Atitlan cumple mayoría de edad con propósitos renovados. El grupo empresarial fundado por Roberto Centeno y Aritza Rodero hace ya 18 años ha presentado su primera memoria corporativa correspondiente al ejercicio 2022, año en el que el conjunto de empresas participadas aglutinó más 1.600 trabajadores y activos por encima de los 1.000 millones.
En 2022, el grupo consolidado –las compañías donde Atitlan tiene el control más la parte proporcional de aquellas en las que ostenta una participación minoritaria– registró una cifra de negocio de 190 millones, un EBITDA de 90 millones y una posición de Caja Neta. Estos resultados fueron generados en gran parte por la rotación de los negocios de olivar y almendros, parte integrante del grupo desde 2007, hacia otros cultivos como el pistacho, el aguacate o los cítricos.
Como se recoge en la primera carta pública dirigida a todos los ‘stakeholders’, Atitlan ha evolucionado en este tiempo “de forma natural” de un “papel de inversor financiero hacia el de un compañero de viaje con vocación de permanencia y sostenibilidad”. Ambos fundadores reiteran su compromiso por ser “capital permanente, responsable y paciente, sin horizonte ni necesidad de desinversión”, con vocación de cultivar “relaciones a largo plazo” y apoyar “modelos de negocio de crecimiento”.
Gracias a esta filosofía, Atitlan se ha convertido en uno de los grupos empresariales más activos en el segmento del ‘middle market’ español, con una red de compañías variada y agrupada en diferentes verticales: agroalimentario (Elaia, y Guillem Export, Sea Eight), energía (Helios), inmobiliario (Ares), industrial y servicios (Padel Galis, Imex Products y The Bridge) y una cartera de inversiones financieras de más de 125 millones, entre las que destaca la participación en el fondo de deuda alternativa Terram Capital.
Durante 2022, el proyecto liderado por Centeno y Rodero ha participado también en iniciativas filantrópicas con impacto social en la Comunidad Valenciana. En concreto, Atitlán está comprometido con la equidad educativa y la igualdad de oportunidades, y canaliza este compromiso a través de la ONG Empieza por Educar (ExE). Además de este apoyo, ha desarrollado del programa propio Income Share Agreements (ISAs), que verá la luz en la segunda mitad de 2023.
Al mismo tiempo, el grupo sigue comprometido con la generación de un impacto positivo en las empresas donde participa en una triple vertiente: medioambiental, social y de gobernanza,
alineado con sus principios de sostenibilidad y responsabilidad. En ese sentido, a lo largo del último año, se han conseguido diferentes hitos, como el aumento de la plantilla (36%) o las horas de formación (13%), así como la reducción del consumo de agua (70%) o las emisiones de alcance (15%).